Colaboraciones para la Revista Hecho en Bs. As.


Edición de septiembre 2008


Edición de agosto 2008

Carlos Belloso

Es de los actores argentinos más consagrados en la actualidad. Trabajó por casi una década con el grupo ´Los Melli´, ha participado en varias producciones de TV como ´Sos mi vida´ y ´Mujeres asesinas´. En cine ha actuado en películas como ´Peligrosa obsesión´ y ´La niña santa´, actuó como protagonista de ´The Pillowman´, en la Av. Corrientes, y esto es solo parte de su recorrido en la creación de personajes inolvidables.

Carlos Belloso nos recibió en el Teatro Gargantúa. Posó con tranquilidad para las fotografías. Allí ensaya, exhibe sus unipersonales, dirige piezas de café concert, es su centro de experimentación. Carlos tiene un tono de voz pausado, reflexiona, gesticula poco, y mira directamente a los ojos.

Por Daniel Duque para Hecho en Buenos Aires (Buenos Aires, Julio 2008)

¿De qué se trata ´The Pillowman´?

‘The Pillowman’ es una obra de Martin Mc Donagh, dramaturgo irlandés que tiene varias piezas reconocidas internacionalmente. Comenzó a exhibirse en Londres con mucho éxito, luego pasó a Broadway, y después comenzó su recorrido por varias capitales.

La obra en sí es muy dura pero muy poética al mismo tiempo. Narra la historia en la que se ve envuelto Katurian, un escritor de ficción (Pablo Echarri), quien es detenido por la policía porque lo acusan de ciertos crímenes que están sucediendo en su ciudad. Es una obra muy especial, de esas que en principio no se entienden pero que al tiempo se bajan a tierra. Al igual que otros clásicos, trata varios temas importantes usando como excusa a un thriller policial.

¿Qué significa para vos estar en la Av. Corrientes?

Un logro más. En teatro tengo más de 20 años haciendo de todo un poco. Lo que me faltaba, quizá, era un éxito comercial masivo como éste. Después de tener tanto recorrido en lugares Off; de haber hecho también teatro oficial junto a Alfredo Alcón y dirigido por Luis Pascual, y de haber experimentado tanto en este lugar ‘El Gargantúa’, que lo tengo como un laboratorio. Acá ensayo mis obras y en la noche funciona como un café concert y dirijo, me divierto. En la más reciente temporada hice ¡Pará fanático! que fue mi primer unipersonal.

¿Qué tal el trabajo con Pablo Echarri?

Muy bien, a partir de que trabajamos juntos en “Peligrosa Obsesión” nos la llevamos bien. Esta fue una película de acción en la que teníamos escenas riesgosas y así nos hicimos amigotes. En una escena teníamos una pelea en un puente grúa a 30 metros de altura y lo resolvimos estupendamente. En esas ocasiones es que te das cuenta de la calidad profesional de tu compañero. Estas son las pruebas de fuego. Recuerdo que estuvimos hasta las 4 de la mañana tratando de sacar esa pelea, y el resultado fue impecable. Cuando me propusieron trabajar de nuevo juntos me entusiasmé porque tenía buenos recuerdos de él.

¿Cómo te relacionás con la literatura?

Me fascina leer. Cuando me entrego a la lectura me voy directo de viaje a los sitios donde la literatura me lleve. Leo, más que todo, ensayos, porque son los que más me hacen reflexionar. Escribo mucho también, me vierto en mis unipersonales. Aún no escribo ni cuentos cortos ni narrativa extensa, tal vez a futuro.

Para mí toda forma de arte enmarca un contacto espiritual del artista. El pintor que pinta la tela y la trabaja con espátula y con manchas, el músico que toca la guitarra o el piano de una forma virtuosa, drenan su espiritualidad con corporeidad.

El arte permite que se hagan cosas que se tienen ganas de hacer sin hacerlas en la realidad, sino en una especie de limbo que permite todo. En el escenario me puedo disfrazar de mujer, ser otra persona, ir a lugares a donde no iría en la realidad. Creo que en parte eso es neurosis pura que el artista contiene y debe canalizar, pero también es un contacto espiritual con algo que necesita ser expresado para el bien de la comunidad, que necesita de esas distracciones y reflexiones. 

Me conmueve el tema de la representación, cómo una persona con una peluca y un sentirse otro, logra la magia de situar a la gente en una historia que los transporta. Eso es alquimia que se ha venido haciendo siglo tras siglo. Cuando el teatro logra la magia de conmover, es porque llega directamente a la espiritualidad de la gente y eso no es totalmente comprensible. Desde las cavernas que los cazadores hacían representaciones. Hoy en día se sigue haciendo lo mismo, pero en lugar de una antorcha hay una luz. El teatro es un arte donde el cuerpo representa lo que es y lo que no es.  Eso es algo sencillo, pero a la vez muy complejo.

¿Hacés psicoanálisis?

No, gracias a Dios. Lo que yo hago es más por el lado filosófico y onírico que psicoanalítico. A mí me interesa es producir más que interpretar. El psicoanálisis analiza un sueño, una situación. Lo que yo busco es producir imágenes, situaciones. Necesito sacar de mi cabeza algunas cosas, me siento como una especie de médium, de antena, que tiene que transmitir cosas. La interpretación se la dejo a otros.

Me dices que has ido a Venezuela. ¿Qué recuerdo tienes allá?

Conozco Caracas, estuve allá trabajando en la Cátedra del Humor, en la Universidad Central de Venezuela, porque hace unos diez años hicieron un relevamiento del humor en Latinoamérica y a mí me eligieron como representante de Argentina. Estuve en el auditórium de la Universidad que me encantó con esos platillos voladores en el techo, y fue muy emotivo estar acompañado por tantos estudiantes, había como cinco mil. Me gustó la experiencia, a partir de allí seguí conectado con HBO para Epitafio.


Comentarios

Vero dijo…
Daniel,

Felicidades por tu habilidad para captar la esencia del artista. Lo que comentastes acerca del comportamiento de Belloso me hizo sentir presente durante la entrevista. Fantastico!
Veronica