La escritura terapéutica. Entrevista a Orlando Van Bredam, por Daniel Duque.

-->Nació en Villa San Marcial (Entre Ríos, Argentina). Es profesor en Letras. Ha abordado el cuento, la poesía, la novela, el ensayo y el teatro. Entre sus obras publicadas están: "La estética de Armando Discépolo", "La hoguera inefable", "Los cielos diferentes", "De mi legajo", “Teoría del Desamparo” (Premio Emecé 2007) y “La música en que flotamos” (Finalista del Premio Clarín 2007).

¿Usted cree que la escritura puede ser una alternativa terapéutica?

Siempre que escribo descubro cosas. La escritura es una especie de terapia porque es una experiencia elaborativa. 

Por ejemplo, en La música en que flotamos intenté expulsar lo que me lastimaba en ese momento, lo que me decepcionaba. Fue una revisión de los afectos, del hecho mismo de escribir. Cuando se crea un texto, a uno se le plantean muchas interrogantes. 

Esa novela se fue convirtiendo de a poco en un testimonio de vida. No quería hacer una novela autobiográfica, en algún momento el personaje se despega y aparece la ficción. Narré en tercera persona buscando tomar distancia, verme como otro. Usé la técnica del anonimato, alteré los nombres reales de los personajes, pero justo, esa búsqueda de distanciamiento es la que nos permite observarnos a quienes escribimos, y eso puede resultar muy útil.