Nuestra expresión nos puede sanar pero también nos puede enfermar.
Si estuviésemos
conscientes de que la energía de las palabras nos afecta sustancialmente a
nosotros mismos y al mundo que nos rodea, cuidaríamos lo que
decimos y escuchamos.
En las
culturas antiguas eran utilizados los mantras, los cánticos y las
plegarias como técnicas para programar realidades
deseadas. Los
maestros espirituales saben el poder del lenguaje.
Cuando expresamos nuestros pensamientos y emociones, materializamos un poder que nos afecta positiva y negativamente.
Escribarte
ofrece un espacio para conseguir:
· Mayor
autoconocimiento
· Incremento de tu creatividad
· Fluidez en tu vida
Comunícate: daniel.duque.gil@gmail.com
· Incremento de tu creatividad
· Fluidez en tu vida
Comunícate: daniel.duque.gil@gmail.com
Comentarios