El trabajo del editor busca consolidar la palabra en el tiempo. En cierto aspecto, podríamos decir que tiene
un rol similar al de un director de orquesta. Debe coordinar al autor,
corrector, ilustrador, diseñador, impresor, distribuidor, y a los otros
profesionales que están implicados en la producción de la obra. Tómese en cuenta que en el mercado editorial existe una fuerte tendencia a contratar fuentes externas para la realización del diseño, correcciones, entre otras labores.
El editor supervisa los procesos
para que fluyan de la mejor forma. Cuando el libro sale con fallas, se debe a problemas
en una o varias de sus fases evolutivas. Quienes se dedican a la tarea de la
producción editorial deben saber que nada se puede improvisar.
Un buen editor debe leer el libro completo,
para cerciorarse de la calidad de su contenido. Si esto se le imposibilita, su
responsabilidad es hacerlo leer por al menos un lector especializado. Estos lectores
pueden hacer un informe de lectura en el que se incluyen datos
específicos como qué libros compiten con éste y cuáles son las posibilidades que
se vislumbran en el mercado para esta obra.
Las casas editoras tienen una línea
editorial, esto es la posición que asumen ante la sociedad y el mercado; es decir, a qué
temas se dedican y de qué manera. Bajo los parámetros de la línea editorial se
constituye la cartera editorial: conjunto de obras a elaborar a corto,
mediano y largo plazo, las cuales son distribuidas mediante un plan editorial. Esta
cartera podría estar coordinada por uno o varios Directores de Colección
quienes son especialistas en determinadas áreas. Por ejemplo: literatura
francesa o para adolescentes.
Esto es un breve resumen de cierta panorámica de la profesión editorial, conste que cada casa y profesional es un mundo.
Esto es un breve resumen de cierta panorámica de la profesión editorial, conste que cada casa y profesional es un mundo.
Por Daniel Duque @danielduque21
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